viernes, 28 de febrero de 2025

 Depresión y Ansiedad en Universitarios por Covid-19 

Depresión y ansiedad 

La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de interés en actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañada de una incapacidad para llevar a cabo las actividades diarias, durante 14 días o más (23). La OMS define la depresión como “sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración” (24). 

La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, luto, eventos traumáticos) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión (25). 

La ansiedad es parte de la existencia humana, es una palabra que se utiliza para describir diferentes condiciones mentales, además es considerada como un fenómeno que se encuentra arraizado en la sociedad moderna; es una emoción de alarma que se experimenta con inquietud, desasosiego, temor indefinido, preocupación desbordante y miedo a perder el control (26). 



En la mayoría de las veces, las personas desarrollan algún tipo de ansiedad cuando se encuentran en situaciones que les genera preocupación o estrés. La ansiedad tiene diferentes etapas que van desde la media hasta la severa. Hace referencia a diferentes tipos de trastorno de ansiedad entre los más comunes es el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) considerada ansiedad a largo plazo, y trastorno de ansiedad social (TAS) que se manifiesta con el aislamiento (27). 

Pol. Con. (Edición núm. 67) Vol. 7, No 2, febrero 2022, pp. 2324-2344, ISSN: 2550 - 682X

Impactos del confinamiento por el Covid-19 entre universitarios 

Por lo general, las personas que soportan una situación de emergencia sufren antes, durante y después de la situación, problemas psicológicos que afectan en su estabilidad emocional y bienestar psicosocial. Las situaciones de emergencia causan malestar a la mayoría de las personas, que se manifiesta, por ejemplo, en forma de ansiedad y tristeza, desesperación, trastornos del sueño, cansancio, irritabilidad o ira y/o dolor, depresión (28).  

La pandemia Covid-19 ha conllevado un confinamiento que puede haber afectado al bienestar social y emocional en la infancia y adolescencia. El miedo y la ansiedad por una enfermedad pueden ser abrumadores y causar emociones fuertes, incluso el impacto emocional de una emergencia en una persona puede depender de las características y experiencias de la persona, las circunstancias sociales y económicas personales y de la comunidad, y así como de la disponibilidad de recursos locales (29).  

Durante la pandemia del Covid-19, tanto los universitarios como la población en general, presentan problemas de estrés, ansiedad, miedo, tristeza y soledad. Es posible que, a causa de esto, empeoren los trastornos de salud mental (30).

 Al respecto, la depresión y ansiedad es el resultado de la experiencia negativa que el estudiante presenta física o emocionalmente debido a estresores académicos como el espacio, la convivencia, la calidad y cantidad de actividades académicas y el ambiente humano que influyen en su normal desempeño (31). 

En la situación actual de confinamiento global en el hogar debido al brote del Covid-19, la mayoría de las personas están expuestas a situaciones estresantes sin precedentes y de duración desconocida. Esto puede no solo aumentar los niveles de estrés, ansiedad y depresión durante el día, sino también interrumpir el sueño. Es importante destacar que, debido al papel fundamental que juega el sueño en la regulación de las emociones, la alteración del sueño puede tener consecuencias directas en el funcionamiento emocional al día siguiente (32).  

Problemas de salud mental en la pandemia de Covid-19  

De la literatura existente, los estudios han señalado que se han aumentado las cifras de diagnóstico de ansiedad a raíz de la pandemia de Covid-19. El diagnóstico de ansiedad frecuentemente se presenta con problemas de sueño y comorbilidad con depresión. Identificar las poblaciones con mayor riesgo de resultados adversos para la salud mental, incluidos los pacientes con Covid-19 y sus familias, individuos con morbilidad física o psiquiátrica existente, y trabajadores de la salud, es una tarea muy importante de la salud pública durante y después de la pandemia (33).  

En una pandemia, el miedo incrementa los niveles de estrés y ansiedad en individuos sanos e intensifica los síntomas de aquellos con trastornos mentales preexistentes, a saber, los pacientes diagnosticados con Covid-19 o sospecha de estar infectados pueden experimentar emociones intensas y reacciones comportamentales, además de miedo, aburrimiento, soledad, ansiedad, insomnio o rabia (34). Estas condiciones pueden evolucionar en desórdenes como depresión, ataques de pánico, síntomas psicóticos y suicidio, especialmente prevalentes en pacientes en cuarentena, en quienes el estrés psicológico tiende a ser mayor (35,36). 

Aspectos psicológicos y social 

Depresión y Ansiedad en Universitarios por Covid-19. El confinamiento ha sido una de las estrategias de salud pública internacionales para detener la propagación del Covid-19, la cual consiste en el aislamiento social y resguardo de las personas en sus hogares, implicando un cambio drástico en las actividades y en los comportamientos en la vida cotidiana, entre ellos, el trabajo y la educación en línea, así como las restricciones en la práctica de actividades fuera de casa, obligando a los ciudadanos a implementar nuevas formas de vida dentro del hogar ante esta contingencia. Desde la perspectiva de diversos estudios científicos realizados en diferentes naciones, el confinamiento durante las pandemias provoca impacto psicológico en las personas (37).  

Los niveles más altos de depresión en la población se relacionaron con la falta de apoyo social, el impacto económico y la percepción de vulnerabilidad ante el contagio por contar con deficiencias personales en la salud. Durante el confinamiento generado por la pandemia, el Instituto Nacional para el manejo de Desastres reportó los resultados de una encuesta realizada para identificar el impacto psicológico en una muestra poblacional en Chile, identificando que los universitarios reflejaron desesperación durante los primeros 9 días del brote, ansiedad entre los días 15 y 19; y enojo entre los días 20 al 31(38). 

Esa sensación de incertidumbre así como las limitaciones secundarias a las medidas de aislamiento social preventivo, la posibilidad de que los planes a futuro se vean cambiados de forma dramática y la separación brusca del contexto social o familiar del paciente son catalizadores frecuentes de cuadros de depresión y ansiedad, los cuales en circunstancias de aislamiento social, se pueden presentar como parte de un trastorno adaptativo o una reacción de ajuste que, en muchas ocasiones, no amerita un tratamiento farmacológico (35).



  

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